La mejor salud tiene un límite; la enfermedad lo anda rondando siempre
Esquilo
Un día como mañana, diez años atrás, Nature y Science publicaron de forma simultánea la secuencia del genoma humano. Los nombres de Craig Venter y Francis Collins quedaron grabados para la Historia y ahora, una década después, se ha confirmado que este hito ha permitido responder a menos preguntas de las que ha generado. El conocimiento aumenta, pero su manejo e interpretación se complican, haciendo que la traslación clínica de los datos aún esté en lista de espera. El éxito del genoma humano es indudable, pero de progresión lenta.
Mañana se cumplirá el décimo aniversario de la que se ha consensuado como fecha histórica de secuenciación del genoma humano. El 12 de febrero de 2001 Craig Venter y Francis Collins inscribieron en letras doradas, en Science y Nature, sus nombres en el olimpo de la biomedicina, aunque su éxito venía de atrás. Después de años de estudio, el 26 de junio de 2000 Bill Clinton y Tony Blair ya habían adelantado el hito. Para conmemorar estos diez años, Science está publicando en este mes varios análisis en los que nombres ligados a la biomedicina analizan qué ha supuesto secuenciar el genoma humano.
Lo que para algunos sonaba a respuesta definitiva no ha hecho más que fomentar la aparición de nuevas preguntas. La utilidad de la secuencia genómica humana, indiscutible, está aún vinculada al conocimiento básico y todavía lucha por penetrar en el terreno de la clínica. En estos diez años se han generado ingentes cantidades de datos genómicos que la tecnología del siglo XXI está tratando de manejar. Hoy día, pocos dudan de que en 2001 “sólo” asomó la punta de un iceberg cuya profundidad aún no se conoce.
Habla Collins
Collins se refiere a esta realidad en Science: “Cuando se publicaron los datos, ambas revistas ilustraron sus portadas con caras humanas. Parecía un error, porque la genómica aún no se relacionaba con el ámbito médico, pero diez años después comprobamos que la secuencia del genoma humano ya demuestra valor clínico”.
Por el momento no son muchos los ejemplos, pero Collins augura grandes progresos en el veinte aniversario. El investigador ejemplifica este pronóstico con dos casos en los que, a su juicio, queda claro que la revolución genómica no es sólo cuestión de futuro.
En el primer ejemplo, cuenta que investigadores estadounidenses han identificado la causa genética de una enfermedad rara vascular muy compleja. Gracias al análisis genómico, se ha podido explicar el caso de dos hermanas que sufrían calcificación arterial y articular en manos y piernas, sin efecto en las arterias coronarias. La causa es una mutación en el gen NT5E, que codifica para una proteína que convierte AMP en adenosina. El avance es significativo para comprender las vías metabólicas implicadas en el proceso de calcificación.
El segundo de los casos destacados por Collins está representado por un menor de seis años que desarrolló enfermedad inflamatoria intestinal antes de cumplir dos. Tras incontables pruebas y más de cien cirugías el diagnóstico que explicara las fístulas se resistía, pero una secuenciación completa de su exoma identificó una mutación en el gen XIAP. Estas alteraciones no se habían relacionado con enfermedad inflamatoria intestinal, pero sí con una grave enfermedad hematológica que se podía tratar con trasplante medular. El trasplante con células madre de donante ha permitido que el menor se esté recuperando; las células madre se han adaptado, los niveles hematológicos se han recuperado y la enfermedad inflamatoria ha desaparecido.
Habla Venter
Por su parte, el consejero delegado de Synthetic Genomics centra su opinión en las nuevas tecnologías de secuenciación. Según explica, las nuevas herramientas, aunque más rápidas y baratas, aportan secuencias más cortas, a partir de fragmentos menores de ADN, en comparación con las utilizadas hace diez años. Estas diferencias técnicas dificultan alcanzar un estándar de secuencia genómica, ya que muchos investigadores sólo utilizan las secuencias cortas como una referencia, en vez de buscar una secuencia completa. Venter también ve una carencia en la regulación y estandarización de la información.
Además, incide en la necesidad de interpretar tantos datos. Disponer de más fenotipos humano será fundamental para predecir resultados clínicos partiendo de la genómica; por el momento, la distancia entre análisis y aplicación es larga.
Un hito hecho arte pictórico
La revista Science también incluye el punto de vista de Xavier Cortada, un artista de Miami que ha plasmado sobre el papel los cuatro nucleótidos: adenina, citosina, guanina y timina. Tras contar con la participación de 400 personas en la selección de moléculas de ADN que se asemejaran a las cuatro ilustraciones, generó en una de sus exposiciones una especie de secuencia con 400 nucleótidos.Investigadores de la Universidad de Florida sintetizaron en laboratorio la cadena de ADN generada y la compararon con secuencias ya existentes. Podría haberse parecido, o no, a la de cualquier especie, pero resultó similar a la porción del cromosoma 3 humano que codifica proteínas ligadas al desarrollo axonal.
Retos pendientes
Tres análisis publicados ayer en Nature dan fe de los avances producidos y sugieren los retos a partir de ahora.
En el primero, Eric D. Green y Marc S. Guyer, del Instituto Nacional de Genómica de Estados Unidos, apuntan hacia los factores necesarios para mantener el impulso creado a partir de 2001: nuevas tecnologías, esfuerzos colaborativos a largo plazo, equipos multidisciplinares, bioinformática y atención a las implicaciones sociales.El segundo de los artículos está firmado por Eric Lander, del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Solicita una continua aceleración de la biomedicina y una ruptura de las barreras que frenan la investigación traslacional. Completar la “tabla periódica” de la biomedicina, que llevará “al menos una década más”, permitirá vincular de forma precisa la biología molecular con los procesos patológicos.
Por último, Elaine R. Mardis, del Centro Genómico de la Universidad de Washington, cree que la secuenciación masiva paralela será una de las puntas de lanza de la medicina guiada por la genómica, aunque habrá que acelerar la interpretación de datos.
Fuente:www.diariomedico.com